¡GRACIAS, HUMBERTO!
El arte, la cultura, la ciencia, la religión, la política y la economía avanzan en el mundo gracias a seres humanos que entregan su vida a esas disciplinas y que están dispuestos a cuestionarlas, provocarlas, desafiarlas. Sin duda, Humberto Maturana fue un ser humano que hizo avanzar algunas de estas disciplinas. Pero ¿cuáles? ¿Qué logró? Desde su pasión por la biología generó muchos avances en las ciencias, los que le valieron el reconocimiento de Chile, al entregarle el Premio Nacional de Ciencias en el año 1994. Sin embargo, no faltan los científicos que lo han ninguneado, tratándolo en forma despectiva como un filósofo, un monje, poco riguroso, emocional y subjetivo.
Desde mi perspectiva, Humberto Maturana contribuyó a un cambio de paradigma, cambio que se irá consolidando en este siglo y que, muchos de sus críticos no tuvieron la posibilidad de comprender. Humberto fue un gran científico, pero fue más que un científico, corrió las fronteras de la ciencia y las puso en relación con las de la filosofía.
Humberto fue disruptivo, innovó, creó nuevas disciplinas. Al igual que a Gabriela Mistral, es muy difícil entenderlo si se lo quiere encasillar, es muy grande, no se deja encasillar.
Si bien uno podría no estar de acuerdo con todas sus ideas, Humberto Maturana quedará en la historia (ya ocupa ese lugar en mi propio libro de historia), entre otras cosas, como el héroe que cuestionó la teoría de la evolución de Darwin y que se atrevió a demostrar que la evolución no se produce por competencia sino por colaboración, y que la fuerza central evolutiva no es la ambición de poder sino el amor. ¿Cómo iban a entenderte, querido Doc? ¿Cómo podía entenderte una generación que manoseó y desvirtuó tanto la palabra amor, que terminó transformándola en un concepto prohibido? Cómo iban a entenderte algunos colegas tuyos que se parapetaron en la soberbia para desarrollar una disciplina que solo puede entenderse desde el amor, que es la fuerza que la mueve.
Maturana tuvo el coraje de abordar lo que a mi juicio es uno de los problemas centrales de la humanidad actual, lo que Joan Melé describe como «la gran herida del mundo». La separación entre el mundo físico, dominio de la ciencia, y el mundo trascendental, suprasensorial o espiritual, que hemos relegado a la fe o a la filosofía. Y para hacerlo, Maturana fue un científico-filósofo, ¡fue un ser humano! El gran Doc comenzó a juntar estos mundos y su investigación fue tan potente que lo llevó a gestar un nuevo paradigma, el paradigma de la colaboración y el amor como las fuerzas que movilizan la evolución. Hay que tener coraje, pero por sobre todo mucha humildad, para que tu propia investigación te revele esos misterios y los defiendas en un mundo que no puede entenderlos. Humberto los tuvo.
Su vida parece dejarnos una nueva enseñanza, además de todas las que compartió con nosotros: que los misterios profundos de la vida humana se revelan, se abren, por afinidad. Cuando el alma se trabaja y se hace humilde, abierta, reverente, cuidadosa, los mundos se abren ante ella por afinidad, mundos a los que muchos otros no tienen acceso. Sin haber sido su amigo, tuve un par de encuentros con él que marcaron mi vida y me mostraron su grandeza.
En el primero, compartimos escenario en una conferencia sobre el mundo vegetal y el ser humano. Humberto ya era Premio Nacional de Ciencias; yo enfrentaba una de mis primeras conferencias públicas. Hablamos un rato antes de subir al escenario. Cuando ya estábamos arriba del escenario se acercó y me dijo (como si me conociera desde siempre): «Yo le voy a generar un contexto para que usted comparta lo esencial, lo que usted hace es lo importante aquí». Me vio nervioso (de verdad lo estaba), y con el calor, la humildad y la humanidad de un sabio, ¡me acogió y me cuidó!
La segunda vez, a Joan Melé y a mí nos invitó a tomar un té a su casa después de escuchar a Joan en el programa Tolerancia Cero. Nos recibió poniéndose al servicio: «La banca ética –nos dijo– es lo que necesita Chile y yo quiero regalarles el fundamento biológico para que se pueda desarrollar». Ahí nos dio explicaciones acerca de la colaboración, la ética y el amor. Terminé grabando un video donde Humberto, Ximena (su amada compañera) y Joan, invitaban a Chile a sumarse a la banca ética.
Un grande, un sabio humilde y generoso. Esperemos que el sector arrogante de la ciencia aprenda la lección.
Gracias Doc, ¡cumpliste con tu misión!
Guillermo Scallan
*Fotografía: Sacada de internet. Revista Capital